REGULACIÓN DEL FRENO
Antes de lanzar
nuestro artificial, regularemos el freno. La tara será mínima y dependerá mucho
de la finura del freno de nuestro carrete, de la caña con la que trabajemos, de
la profundidad en la que vamos a pescar o del tamaño de los calamares que esperamos
encontrar. En cualquier caso, y para que os podáis hacer una idea, buscamos que
cuando el calamar tenga un tamaño suficiente para nuestro equipo (curvándonos
el blank con un buen peso relativo), el freno ceda algo en la clavada y en los
sifonazos. Si el calamar tiene buen tamaño para el equipo, no deberá
importarnos tampoco que el freno patine ligeramente mientras nos lo traemos,
especialmente si lo levantamos desde una zona con buen calado.
La tara será
tan mínima que, por ejemplo, en jerks
largos y enérgicos a profundidades de 20-25 metros, el freno también puede
ceder levemente sólo con la resistencia del egi a esas profundidades. En estos
casos el recorrido del señuelo en el tirón será menor que el desplazamiento de
nuestra puntera, por la amortiguación que producirá la salida de la línea. Esto
no debería importarnos demasiado, porque cerrando el freno para mover
limpiamente el egi a esas profundidades corremos peligro de desgarros en el
cefalópodo si tenemos un enganche con toda esa presión y resistencia de la
columna de agua.
En el eging no
vamos a lamentar en ningún caso una tara del freno excesivamente ligera: el
calamar siempre nos va a dar tiempo a cerrar un poco la salida del hilo y
ajustar la resistencia sobre la marcha, porque la defensa del cefalópodo no es
feroz ni comprometida. Sí podemos lamentar un freno excesivamente apretado: en
la clavada, en el bombeo, en los sifonazos de defensa o en la negociación con
el oleaje a la hora de varar o ensalabrar un buen ejemplar.
Necesitamos
conocer qué prestaciones ofrece el freno de nuestro carrete, cómo se comporta
el blank de nuestra caña y cuáles son las condiciones de la mar para ajustar el
freno de manera que nos permita gobernar y mandar en el lance, pero sin forzar
demasiado ni querer traernos rápidamente y por las bravas a un animal al que
tenemos sujeto con alfileres.
Si nuestro freno
no acompaña el proceso con una cierta finura y lo tenemos excesivamente apretado,
el resultado va a ser el desgarro de tejidos o la amputación de tentáculos.
Pensad que vamos a clavar; que nuestro cefalópodo empujará y
querrá recular en la recuperación; que podemos atravesar fuertes corrientes
mientras nos lo traemos; que el animal podrá abrir brazos y aletas para ofrecer
toda la resistencia posible... Todo esto mientras lo tenemos prendido, a veces,
por un solo tentáculo, delicado, blando y fácil de rasgar o partir.
VAMOS A PESCAR
Y buscaremos calamares, que es el cefalópodo que más juego nos va a dar en esta técnica. Recordemos que para sepias y pulpos trabajaremos el señuelo más cerca del fondo.
Hemos regulado
nuestro freno. Elegimos el artificial y lanzamos. ¿Mucho, poco, al frente,
paralelo a la costa...? Pues lanzamos al frente y buscamos llegar lejos. Si el
calamar está cerca, ya le llegará el señuelo. Y ya haremos lances en abanico si
al frente no hay respuesta.
Dejamos al egi
profundizar libremente, sin cerrar el asa. Mantenemos la puntera baja para que
la línea toque agua bien cerca y evitar desplazamiento por el viento, si lo
hay. Para un primer lance no está mal calcular cuándo podemos estar más o menos
a media agua. En lances sucesivos ya llegaremos más abajo o nos quedaremos en
la superficie, pero para este primer recorrido de reconocimiento, las medias
aguas son territorio en el que podemos estar al alcance del calamar si anda más
hundido (ya subirá si se siente atraído) y también nos haremos notar si andan
en superficie (bajarán a comer).
Tenemos el egi a
media agua. Cerramos el asa. Dejamos que el hilo se tense y tome el control del
artificial. ¿Empezamos con los jerks? Todavía no. Antes vamos a tantear nuestro
artificial con un desplazamiento de la puntera o con alguna vuelta de manivela
para comprobar cuánto pesa nuestro egi. Si pesa demasiado, puede que ya
tengamos un calamar prendido. O que hayamos calculado mal y estemos enganchados
al fondo. Si empezamos con los tirones sin antes hacer esta comprobación podemos
traernos un tentáculo o, en el peor de los
casos, partir la línea si no hemos calibrado bien el freno. Así es que
será muy importante comprobar que nuestro artificial navega libremente antes de
empezar cualquier serie de tirones.
Ahora sí. Un par de jerks largos, por
ejemplo, seguido de tres o cuatro jerks más cortos. Acabada la serie de tirones
recogemos la línea sobrante mientras colocamos la punta de la caña bien baja,
todo lo baja que el escenario nos permita. Con la caña en esta posición
mantendremos mejor la tensión del hilo mientras el egi desciende, notaremos
mejor la picada y tendremos más recorrido para hacer una buena clavada en caso
de ataque. También evitaremos el viento y haremos que la línea se sumerja bien
cerca de nosotros.
Y ahora, a
esperar. Dejaremos al egi pescar solo, mientras recorre el arco de descenso. No
recogeremos línea.
Si los tirones
han sido ascendentes, nuestro egi puede haberse acercado a la superficie. En el
descenso volverá a las aguas medias e irá navegando lentamente hacia el fondo.
Podemos apurar hasta llegar casi al fondo y recorrer toda la columna de agua
mientras el egi sigue pescando. Si la profundidad es mucha, podemos intercalar
tres o cuatro jerks, con la caña en posición lateral, en mitad del descenso.
Estos jerks laterales harán que el egi se desplace en un zig-zag horizontal sin
que vuelva a ascender. Recordad que antes de cualquier serie de tirones
habremos comprobado que nuestro egi navega libremente.
Hemos llegado hasta
el fondo. Comprobamos que no hemos enrocado y volvemos con los tirones, ahora
verticales, para ir ascendiendo de nuevo... Y así, alternando jerks y
descensos, hasta que el artificial llegue a nosotros. Iremos variando la intensidad de los tirones hasta encontrar el ritmo que funciona en ese momento. Si después de unos cuantos lances no obtenemos respuesta, podemos cambiar el tamaño o el color del egi.
Antes de sacar el
artificial del agua es bueno comprobar si algún calamar ha venido tras él. Como
muchos peces, el calamar puede perseguir a sus presas hasta la misma orilla
para atacar cuando casi estamos a punto de sacar del agua el señuelo. Si vemos
esta persecución y el calamar no se decide, no saquéis todavía el señuelo:
dejad que se hunda un poco y hacedlo saltar arriba y abajo sin recuperar línea.
Dejadlo suspendido unos instantes después de unos cuantos brincos. Este baile
de último momento puede muy fácilmente hacer que el calamar se decida.
LA TENSIÓN EN LA
LÍNEA DURANTE EL ARCO DE DESCENSO
Hemos explicado
que la mayoría de picadas se darán durante el recorrido del señuelo hacia el
fondo, después de los tirones. En ese momento es fundamental mantener el
contacto con el artificial. No estaremos recogiendo línea, así es que ese
contacto imprescindible no siempre es fácil.
Durante estos descensos no tendremos la tensión en la línea
que podría proporcionarnos la recuperación de un artificial que se agarra al
agua y que nos traemos con el carrete. Tampoco tendremos la tensión
que podemos esperar en el hundimiento de un señuelo más pesado. El descenso del
egi es lento y ligero. El pajarito y la línea se dejan llevar y manejar fácilmente por el viento y las corrientes. Así es que, en condiciones difíciles,
resulta complicado mantener una tensión constante y suficiente.
Ayudará bastante a este propósito que mantengamos el puntero
de la caña bien bajo y la línea sumergida cerca de nosotros. También es bueno
comprobar hacia dónde se desplaza el artificial con la corriente o el viento y
rectificar la posición de la caña buscando un ángulo que optimice la tensión.
Un hilo delgado, que ofrezca menos resistencia al movimiento de las aguas o los
vientos, también facilitará el trabajo.
Con todas estas precauciones podremos mantenernos en
contacto con el egi en esos intensos momentos de espera. La tensión de la línea
nunca será exagerada, porque el pajarito tiene un desplazamiento, como hemos
dicho, muy ligero. La línea mantendrá, incluso en el mejor de los casos, una
ligera comba y una cierta sensación de soltura. Pero si esta relajación de la
línea no es exagerada, bastará para lo que nos importa: percibir claramente la
picada.
LA PICADA
Si el hilo está algo destensado puede que no notemos más que
una leve succión del señuelo, un estiramiento de la línea y una ligera flexión de la caña. En estos casos la picada es menos clara y habrá que estar
atentos a la línea, si es visible, para advertir el estiramiento y tensado que
siguen al ataque y los primeros sifonazos de retirada del cefalópodo.
Otras veces notaremos que el hilo se destensa
sospechosamente, como si el señuelo se hubiera detenido. En este caso el
calamar puede estar nadando hacia arriba, abrazado al señuelo.
Desde luego, la picada más nítida, casi la más espectacular,
es la que obtendremos en el arco de descenso. Si la sensibilidad del equipo acompaña
y se ha dado el milagro de una justa tensión en la línea, la picada puede ser
sorprendente. En la quietud de esa espera, mientras el egi navega solo, una
picada franca de un calamar de tamaño puede hacernos creer que nos ha comido,
casi, un pez.
LA CLAVADA
Como con los peces, hay que tener cuidado y no clavar antes
de tiempo. En el ataque, el calamar dispara sus tentáculos más largos, atrapa a
la presa e inmediatamente la rodea con sus brazos más cortos para llevársela al
pico. Este proceso es rapidísimo. Pero si reaccionamos inmediatamente al golpe
de los tentáculos largos y clavamos demasiado pronto, podemos impedir que el
cefalópodo abrace completamente nuestro pajarito. El resultado será una clavada
en los tentáculos largos, que son los más fáciles de partir. Así es que
necesitamos esperar, como en el spinning, a que el animal haya completado el
ataque y clavar cuando el señuelo prácticamente haya llegado a la boca del
calamar. La clavada, en este momento, hará penetrar las agujas de la corona en
los brazos cortos del cefalópodo, mucho más resistentes y seguros. Buscaremos
que la clavada afecte a varios de estos brazos en su nacimiento, muy cerca del
pico. Con los alfileres bien hundidos en esa zona, se evitarán los desgarros
que puede provocar un alfiler clavado sólo superficialmente o los peligrosos
estiramientos de los largos y finos tentáculos con los que el calamar empieza
su ataque.
En muchas ocasiones, la misma comba de la línea mientras el
egi profundiza retardará la sensación de picada y dará tiempo a que el calamar
complete el ataque. Si la línea está bien tensada y notamos claramente la
picada , conviene tomarse unas décimas de segundo antes de clavar,
bajando bien la puntera de la caña y preparando el gesto para el golpe.
Pensemos que el cefalópodo, generalmente, no va a rechazar
ni escupir inmediatamente nuestro artificial al notar el engaño, lo que podría
obligarnos a clavar con más premura. El cefalópodo es bastante obstinado y se
mantendrá asido al pajarito, intentando morderlo, aunque tardemos en detectar
la picada o retrasemos la clavada. De hecho, podemos tener al calamar un buen
rato abrazado al egi durante, por ejemplo, un descenso libre y sólo darnos
cuenta al cerrar el asa y comprobar el peso del artificial. Por otra parte, si
el calamar rechaza el señuelo después de abrazarlo, generalmente reculará para
marcharse y es muy fácil que acabe igualmente enganchado en las coronas.
Notaremos la succión y estaremos todavía a tiempo de clavar.
Si el calamar ha atrapado el artificial mientras lo estamos
animando, puede que no haya tenido la posibilidad de abrazarlo y se clave sólo
en los tentáculos largos. Aquí es más arriesgado una clavada seria, así es que
bastará con que afiancemos el señuelo y demos al animal por clavado. En estos
casos, también la recuperación deberá ser más cuidadosa.
Si hemos tomado todas estas precauciones y consideramos que
el calamar ha abrazado completamente nuestro artificial, la clavada podrá ser
rápida, seca y consistente. Tendremos que confiar en la elasticidad del
conjunto: la absorción de la caña y la dulzura de un freno justamente
calibrado. Si caña y freno acompañan, la clavada puede ser más contundente de
lo que podríamos imaginarnos considerando la fragilidad de los tejidos del
cefalópodo. En cualquier caso, no tenemos que penetrar una boca pétrea con un
grueso anzuelo con muerte. Estamos clavando alfileres en un tejido blando y
fácil de penetrar, así es que en ningún caso tendremos que aplicar una fuerza
exagerada o repetir la clavada dos o tres veces. Si hemos preparado bien el
gesto y confiamos en el equipo, bastará con levantar rápidamente la caña, notar
el peso del animal y acompañar el cachete con una ligera amortiguación de la
muñeca, para que el golpe sea corto y seco.
Tan importante como la clavada es el afianzamiento del
señuelo y la presa: después del cachete continuaremos con la elevación de
nuestra puntera, sin tocar la manivela, dejando a la caña flexionarse y
responder a los primeros sifonazos del calamar al sentirse prendido. Podemos
aguantar en esta posición, sin recoger hilo, hasta que notemos que la flexión
de la vara pierde su ímpetu y empezamos a levantar al animal. Son, quizás, los
momentos más intensos de esta pesca -picada, clavada y primeros sifonazos- así
es que no tengamos prisa y degustemos ese final de clavada con tranquilidad. Si
el calamar está bien prendido no habrá peligro alguno de fugas o pérdida de
tensión, así es que no hemos de tener urgencia alguna a la hora de empezar la
recuperación. Dejaremos que la caña haga su trabajo y atempere las primeras
reacciones del cefalópodo, los primeros sifonazos, las primeras salidas de
hilo si el animal tiene cierta entidad. La única defensa del calamar es
recular, así es que las primeras fugas acabarán de fijar la clavada y será
difícil que luego lo perdamos.
LA RECUPERACIÓN
Si el calamar es pequeño para nuestro equipo bastará con una
recogida continua y tranquila, buscando no perder la tensión de la línea.
Pero a poco que el calamar tenga un tamaño suficiente para
nuestro equipo, la manera más efectiva, segura y, por qué no decirlo,
entretenida de traerlo es con un bombeo largo, delicado y tranquilo. Al final, la
caña siempre tendrá más matices y será más sensible y dulce que la manivela de
nuestro carrete. La caña nos
dejará sentir con más claridad cuáles son las necesidades del lance y podremos
mandar con más autoridad en la recuperación, para mantener la tensión justa del
hilo.
Manteniendo el bombeo con tranquilidad, el calamar remontará
fácilmente y romperá la superficie bien pronto. Una vez a flor de agua, el animal querrá seguir reculando y descargará su sifón al aire. Si no vuelve a cargarse de
agua, ya no tendrá más defensa. Lo traeremos poco a poco hacia nosotros y nos
prepararemos para hacernos con él.
Lo mejor es el salabre, y recogerlo por detrás. Si no
lo tenemos y el calamar no es muy grande y viene bien clavado, podemos
levantarlo con la caña y traerlo fácilmente a la mano. Si el calamar es
demasiado para la caña, podemos elevarlo tomando la línea. Esto siempre es
arriesgado, porque si el animal viene clavado por los pelos o por los
tentáculos largos corremos el riesgo de perderlo. En cualquier caso, lo
levantaremos muy despacio, sin tirones ni movimientos bruscos y habiéndonos
asegurado de que el calamar haya soltado todo el agua de sus sifones, para no
añadir peso a esta delicada operación.
Si el calamar es grande, viene mal clavado y no tenemos sacadera, ni ganchos, ni lugar donde vararlo cuidadosamente... es muy posible que lo perdamos. Siempre nos quedará, eso sí, haberlo disfrutado de la mejor manera posible y haber tenido bien cerca a un animal tan sorprendente y hermoso.
Si el calamar es grande, viene mal clavado y no tenemos sacadera, ni ganchos, ni lugar donde vararlo cuidadosamente... es muy posible que lo perdamos. Siempre nos quedará, eso sí, haberlo disfrutado de la mejor manera posible y haber tenido bien cerca a un animal tan sorprendente y hermoso.
Enhorabuena , he seguido todo el tutorial , para mi está perfecto ,quise hacer un tutorial en mi blog aunque tengo uno y ya está obsoleto sobre la pesca de los cefalopodos , pero encontré por casualidad este tuyo y pense que... para que hacerlo si ya hay uno y es perfecto , asi que te lo enlazo en algunos foros donde participo
ResponderEliminarNuevamente enhorabuena
Muchas gracias, Gines. Me alegra que pueda interesar algo tan extenso y técnico. Estoy seguro de que podrás aportar muchas más cosas a todo esto y, entre todos, hacernos una idea de cómo es esta pesca. Gracias por compartirlo y por tus comentarios.
EliminarUn abrazo.
Exelente, como los dos anteriores Curro, para mi seran mis tutoriales de cabecera para los cefalopodos
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
Gracias a ti por darlos a conocer, Gaucho. Has sido un gran apoyo para mí y me has hecho mantener la ilusión al escribirlos. Así es que estos tutoriales son ya tan tuyos como míos.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Para mi a sido todo un gustazo reproducirlos en mi blog y ya has visto los comentarios han gustado muchisimo a todos mis amigos, te animo a seguir escribiendo imagino que tienes mucho mas que compartir
EliminarUn abrazo
Gracias por los ánimos. Seguiremos aprendiendo y compartiendo. Quiero dar también las gracias a tus amigos por sus comentarios. Tienes una gran casa y me ha gustado estar en ella.
EliminarUn abrazo a todos.
Muy bueno Curro..
ResponderEliminarDeduzco ,por las veces que has repetido lo de graduar el freno,que pescas con trenzado,ya que si pescas con monofilamento no es tan necesario tener el freno ..más bien flojo,la elasticidad del hilo se encargaría de amortiguar los sifonazos..También es verdad que la sensibilidad que da el trenzado nada tiene que ver con el monofilamento,al menos con los pequeños de verano.
Me ha encantado y lo paso ,como los anteriores,por mi foro para que algunos de los usuarios lo disfruten..
S2
Gracias por pasarte por aquí y por compartir estas entradas, Fermíntxo.
EliminarA mí me gusta usar trenzado. Es lo que recomiendo en la primera entrada, porque ofrece otra sensibilidad, como bien dices. Con monofilamento, es verdad, no hay que tomarse tantas precauciones con el freno.
Un abrazo.
muy trabajado el blog y con muy buenos consejos, la pesca del calamar la desconozco , si e ido pero solo un par de veces.
ResponderEliminartiene que ser entretenida y hay que reconocer que el calamar en el plato es esquisto, un manjar.
te agrego a mis blogs para seguir tus entradas y que otros también puedan conocer una pesca que apasiona a muchísimos pescadores.
un fuerte abrazo
Gracias por tu comentario, Emilio. Esta es una pesca muy entretenida, a pesar de poder parecer aburrida en un principio. Y los calamares son fascinantes en el agua y una delicia en la mesa, es verdad.
EliminarUn abrazo.
Estupendo tutorial Curro es para guardarlo, ya no hay escusas para no practicar esta modalidad de pesca, yo suelo tentarlos en otoño y parte del invierno así que me van a venir muy bien todas tus experiencias.
ResponderEliminarUn saludo gracias por enseñarnos.
Pako
Gracias a ti por pasarte por aquí y por enlazar el blog. Me alegra que todo esto pueda ser útil. Yo he aprendido mucho de tus bricos, maestro.
EliminarUn abrazo.
Aúpa Curro, enhorabuena por el blog, bonita e interesante entrada, comparto contigo prácticamente todo, espero que nos sigas deleitando con tus comentarios.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Jose Antonio. Me alegra que puedas compartir mis impresiones sobre esta manera de pescar. Seguiré aprendiendo y comentando con vosotros todo lo que pueda ser útil con estos animales.
EliminarGracias por pasarte por aquí y por tu comentario.
Un saludo.
Hola Curro gracias por los 3 articulos hay cosas que conocia pero muchas desconocia he aprendido una gran leccion en el 2005 compre un pajarrillo pero sin saber para que valia, fui ha un puerto ha pescar con la caña de fondo y me quede enganchado ha esta modalidad encima pescando una sepia , al mes siguiente volvi pero ya con una caña de 2,7 m. que era otra cosa y luego paso el verano y aparecieron los txipis y mas tarde los calamares kileros
ResponderEliminarsaludos
Me alegra que te hayan sido útiles estas entradas, Juan José. Por lo que cuentas, quedaste enganchado bien pronto a este tipo de pesca. Es muy entretenida si se hace con equipos adecuados. Por tu zona sabéis mucho de esto.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
Gracias por tu completísimo tutorial, debido a tus buenísimos consejos en mi primera salida a eging en serio he conseguido capturar tres hermosas sepias... Y ya siento que quiero más! Me ha parecido la mar de divertido.
ResponderEliminarUn saludo desde Tenerife!
Me alegra que el tutorial te haya ayudado con esta pesca. Bienvenido al Eging y a seguir disfrutando con las capturas.
EliminarGracias por tu comentario y un abrazo.
Gracias por este gran tutorial para (como es mi caso) empezamos en esta modalidad de pesca,
ResponderEliminarUn Saludo.
Muchas gracias, Joseba! Espero que puedan serte útiles estas páginas. Mucha suerte con las capturas, compañero en la tinta!!
Eliminar