domingo, 10 de agosto de 2014

DISCULPAS, PECES Y PROMESAS




    Cuando abrí este blog ya sabía que no haría entradas muy a menudo. Por falta de tiempo y porque no siempre se tiene mucho que decir. Me pareció que podría hacer algún artículo cada mes y medio o dos meses.

    Fui muy optimista. Ahora lo veo. Tres meses son demasiado tiempo, incluso para un blog de periodicidad tan difusa como este. Mil perdones.

    De vacaciones. Al fin. Con más tiempo por delante, espero aprovechar para ponerme al día con este espacio y hablar algo más sobre el calamar. Por ejemplo: el amigo Gaucho comentaba en estas páginas que no estaría mal alguna receta de cefalópodos. Así es que he propuesto a unos cuantos amigos que cocinen en casa unas sepias y calamares que guardo en la nevera. Frita de sepia, ceviches, frituras, cortes a la manera de Oriente... Espero traer aquí esos platos y la forma en que los preparan estos amigos. Prometo no tardar tres meses!!





      La transición del calamar al pez, en mi caso, casi siempre pasa por el palometón. Es el pez que más busco. Si los hay, parece que no quiero otra cosa. Muchas veces pienso si es el pez o es la superficie. Y son las dos cosas, supongo. Un animal perfecto tentado a ras de agua. En la frontera entre nuestros dos mundos. Mundo de agua y mundo de aire.

    Qué os voy a contar que no sepáis. Por ejemplo: en una de esas mañanas con el sol todavía muy bajo. El agua tranquila y espesa, con esa viscosidad y brillo que la convierte a esas horas casi en mercurio. Nos traemos un paseante. Muy despacio, sólo por el gusto de verlo navegar. Cada paseante parece que tuviera su marca de agua, su estela y su ola, su turbulencia privada. De repente, cuando casi habíamos olvidado que estamos llamando a un pez, el patrón conocido se rompe y notamos un temblor, un principio de agitación  en las aguas que ya no es de nuestro paseante... Sabemos, entonces, que no estamos solos. Un año más.

    Nos vemos en la mesa.



 
                 






4 comentarios:

  1. Buen video, gran gesto el de la suelta, es una especie en retroceso y al menos por mi zona cuesta mucho dar con ellos y hablo del delta del Ebro que fue un paraiso para ellos.
    A la espera quedo de esas recetas. Un abrazo compañero

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una pena ver cómo desaparecen de zonas donde eran abundantes. Aquí se han aficionado a pescarlos al vivo desde costa y la masacre es impresionante. Lo del Delta no tiene perdón. Verdadera impotencia y rabia.
      El otro día vinieron a hacer unas frituras. Pronto lo pongo por aquí. Gracias por la idea, compañero. Un abrazo.






      Eliminar
  2. Ya habia escrito un comentario pero me lié con el asunto del robot.Y no hay nada mas aburrido que repetirse.Asi que gracias Curro y un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué pena! No llegué a leer el comentario. Muchas gracias a ti! Un saludo.

      Eliminar