Saber que hay calamares en febrero y llampugas en octubre es
saber muy poco. Se aprende fácil. O es muy poco saber que al amanecer casi
siempre pasan cosas. O que la luna manda mucho en los mares... Saber todo esto
es muy poco, porque son los ciclos, y un depredador se los tiene que saber.
También los saben las presas. Se los sabe cualquier cosa viva sobre el planeta.
Así que
reconocer algunos patrones es saber muy poco, porque hay patrones simples que uno
reconoce casi sin pensar. Me gustaría deciros que reconozco patrones más complejos.
Que más o menos he llegado a comprender que con este mar o estos vientos se
pesca mejor. Pero no sería verdad. No acaba uno de entender esta partitura de
las aguas, porque esconde patrones difíciles que casi obligan a ser pez.
Pero sé, por
ejemplo, que en abril entran palometones jóvenes por una punta cerca
de casa. Es un patrón simple y próximo. Irresistible para los palometones y
para el pescador, que tiene que saber que la temporada de superficie queda
inaugurada.
Algunas veces
he querido creer que el primer palometón de este abril es el mismo primer
palometón que solté la primavera pasada.
Como este
abril, por ejemplo:
Me gusta
pensar que es el mismo, sano y crecido desde la última vez.
Pero, como al final no somos peces, casi
mejor que no. Que no sea el mismo. Entiendo que puede ser un patrón cruel una
primavera tras otra de casi muerte. Así es que lo normal, lo digo desde ahora,
sería no pescar.
Pero eso
tendrá que ser en otra vida. En otro ciclo.
Un buen vídeo, tanto de imágenes como de música.
ResponderEliminarBienvenido al ciberespacio.
Gracias por la bienvenida. El ciberespacio me asusta un poco, la verdad, porque parece mucho más inmenso que el mar.
ResponderEliminarMe alegra que te guste el vídeo. Un abrazo.